domingo, 4 de octubre de 2020

 


OCTUBRE 2020.
INICIO. Ante una caza de vampiros que azota Rumania, el conde Drácula no tiene más remedio que huir de su palacio, para librar su muerte y la de su amada Alucarda, sin embargo ella es capturada y muere cuando una estaca de madera atraviesa su corazón, no sin antes jurar que regresará para encontrarse con él, que alcanza a darle un beso de despedida.

Muchos siglos después, Elisa cantú tiene extrañas pesadillas en donde la persiguen, a la vez que hace tiempo siente que una sombra la acecha. Se lo cuenta a su marido, Gabriel Masalva, un caricaturista de quien espera un hijo, el cual se adelanta en una noche de tormenta en que ella se percata que una sombra en las paredes la acecha, pero nadie más puede verla. El matrimonio es sorprendido por un asesino, que entra a su departamento para matarlos. Intentan escapar pero no todos corren con suerte, pues Gabriel es acuchillado y ella sube a la azotea, aun con contracciones de parto. Suplica al maleante que no la mate, pero este la ataca, clavándole un cuchillo en la panza. Detrás de él aparece la sombra, que lo sacude y arroja al vacío, pero el malhechor no cae solo, pues se detiene del cuerpo de su víctima, a la que hace caer junto con él. Ella sobrevive, pero pierde a su hijo y pasa meses en como. Esta experiencia la hace tener un terrible trauma que llena de dolor a su madre, doña Marta Blanco. Cuando la víctima despierta y con desesperación insiste en que una sombra la acecha, es ingresada en un psiquiátrico, donde pasa una larga temporada, ya que la policía cree que ella fue la ejecutora del crimen. Es en ese centro que recibe la ayuda del Dr. Eugenio Fegan y cuando le dan de alta vuelve a casa de Marta, quien ahora se encuentra muy enferma y ha sido cuidada por Sara González, mejor amiga de Elisa y quien no sospecha que su amiga padece el acoso de Darío Borja, su pareja, el cual finge estar preocupado por la hermosa viuda, al grado que intenta hacerla suya, sin éxito, pues la repentina presencia del Dr. Fegan lo evita. Este último sabe que Elisa lo necesita y por ello le pide que no dude en buscarlo si desea ayuda. Ella llora y revela sentirse desvalida. Luego, al limpiar el armario de su madre, descubre la foto de dos mujeres y pregunta por ellas a la progenitora, quien se altera y le exige que jamás se acerque a ellas o de lo contrario correrá grave peligro.

Leonardo Taboada es un periodista en problemas por indagar en la política del país, por lo que el medio editorial ha rechazado su trabajo. Su colega, Omar Arguedas, le muestra una carta que ha recibido y le propone que haga una investigación que lo podría regresar por la puerta grande. Al saber que de que se trata y creerlo una historia fantasiosa, el periodista intenta negarse, pero el amigo le advierte que detrás de lo que parece fantasía puede haber un asesino serial que él podría descubrir. Leonardo acepta el reto y tiene una discusión con su novia, Adriana Urquidi, quien se opone a que la deje sola durante una larga temporada e insiste en acompañarlo, pero él se opone rotundamente.

Sara pide a Darío que lleve unas medicinas a Elisa, a la que él intenta violar. Lo descubre Marta, quien al tratar de impedirlo sufre un ataque que la hace perder la vida. 
El abusador huye y su víctima sufre al saber que se ha quedado completamente sola. Se desahoga con la amiga, quien nota que entre la ahora huérfana y su marido hay antipatía y lo acorrala a él, con el fin de que le diga qué sucede pero este solo se muestra furioso y calla lo que piensa conseguir ahora que sabe a Elisa completamente sola en la casa que dentro de poco ve perdida pues Marta estaba endeudada con el banco, la hipotecó, y ahora este la toma en su poder y da a la hija unos días para desocuparla. Es durante este tiempo que Darío penetra en la propiedad para intentar abusar de ella, que en defensa lo hiere con un cuchillo y al creer que lo ha matado y podría comprobarse que ella asesinó a Gabriel, decide huir, descubriendo entre las cosas de su madre una dirección en la lejana Isla Escarlata, a donde decide huir. Busca al Dr. Fegan y este le da asilo, pero cuando ella se da cuenta de que el hombre se comunica a la clínica y desea internarla otra vez, le roba dinero y huye a bordo de un autobús que, luego de muchas horas de viaje, aborda un transbordador que la acerca a su destino. Es allí donde se cruza con Leonardo, con el que nunca cruza palabra hasta llegar a la isla y descubrir que ambos desean llegar al mismo lugar: El arrebol, luego de que la gente local cuenta que está maldito y todos se niegan a acercarla, por lo que emprende camino a pie y él, que viaja en su automóvil, se ofrece a llevarla cuando la encuentra sola, en medio de la carretera. Dentro de poco, mientras más se acercan, ella comienza a sentir algo extraño, y es que alguien presiente su llegada, y ese alguien es Augusto Dumont, un apuesto y lívido hombre que, dentro del imponente hotel Bermejo, la presiente y acude a admirar un antiguo retrato de su amada Alucarda, a la que asegura que nunca perdió la fe y ahora que sabe que ella ha vuelto a la vida para reencontrarse, estarán juntos por toda la eternidad. Asegura a la fiel ama de llaves, Ramona Gandía, que las cosas cambiarán pronto. Esta a su vez le dice estar preocupada por su hijo, Fáber, el cual está desaparecido desde hace semanas y teme por su vida.

Elisa busca a las mujeres de la fotografía que tenía su madre y se sorprende cuando el mayordomo, Zacarías, la lleva ante Cristela Laveau, quien luce exactamente igual que en el tiempo en que la foto fue tomada. Esta da la bienvenida a la visitante y da asilo a Leonardo, a quien le habla del hotel Bermejo y le hace una reservación. Advierte a ambos que no deben salir durante la noche y los invitados se asombran al percatarse de que en toda la casa no hay un solo espejo. Zacarías asegura que a su patrona no le agradan pero la sirvienta, Nieves, los entera de que en la isla han ocurrido cosas extrañas. Cuando Elisa está por dormir, escucha los gritos de una mujer tras las paredes de su habitación. Se asusta, sale a indagar y una sombra tenebrosa, por medio de las paredes, la acecha.

Ramona desahoga la preocupación por la desaparición de su hijo con Isabel, la cocinera del hotel, con la que habla de la pérdida de visitantes y de habitantes en El Arrebol, como si sobre ellos hubiera caído una maldición. El ama de llaves se sorprende cuando la otra le asegura que todo se agravó desde la apertura del hotel, hace un par de décadas, pues los animales, el ganado, comenzaron a desaparecer hasta que de pronto también la gente, como si la llegada de Augusto lo hubiera provocado. Por ello ha evitado que sus hijos vuelvan a poner pie en la propiedad, sobre todo su hija Maura, en la que el hombre puso especial interés durante un tiempo y la cual tiene problemas con su novio, Yahír Pereyra, el cual la presiona para tener relaciones a su manera.


Cristela es de apetitos exigentes y se acaricia mientras contempla una fotografía del sensual Fáber, recordando sus ardientes encuentros. Lo recibe en casa durante la luna llena y ambos, vueltos vampiros, hacen el amor pero cuando él sale de casa de la mujer, es capturado por Tristán Echarri, un joven cazador que lo encadena y hace una llamada telefónica, asegurando que tiene a una criatura capturada. Luego de esto se reúne con su amado Pavel Olea, al que jura que la maldición de la que su tierra es presa se terminará dentro de poco. Se besan y acuden a la criatura, que duerme. Se sorprenden al saber que se trata de Fáber, el hijo de Ramona, a la que no se atreven a decirle en lo que lo han convertido. Sin en cambio enteran a Isabel, quien se lo dice a la mujer, la cual da la bienvenida a Leonardo en el hotel y este, al recorrerlo, se asombra cuando en un salón ve el retrato de Alucarda. Lo sorprende Augusto, quien le dice que esa es la mujer más hermosa que ha existido y que siempre le ha tenido devoción. El periodista sale y se cruza de nueva cuenta con Ramona, quien le dice que ella envió el mensaje de ayuda al periódico, pues su hijo desapareció, como mucha gente, desde hace décadas. Le pide que hable con Tristán, quien hace saber al hombre que viven rodeados de vampiros. Le muestra a Fáber y el periodista se alarma al ver como actúa el preso, cuando lo exponen a la luz. Se comunica con Omar, quien le dice que Adriana se encuentra rumbo a él. 

Darío busca a Elisa y le dice haber dejado a Sara para estar con ella, pues siempre la ha querido para él. Ella lo rechaza y entonces él se vale de sus encantos para seducir a Nieves y asó entrar a la casa de Cristela la noche en que Augusto se presenta para conocer a la recién llegada, admirándose al ver lo idéntica que es a Alucarda y enamorándose de ella desde el primer instante, incomodándola. Muestra especial interés en ella y esto levanta sospechas en Leonardo, quien acorrala al hotelero y Cristela con insinuaciones sobre vampirismo. Esta última da ordenes a Zacarías de hurgar entre las cosas del visitante, en el hotel y asi descubren que es periodista, mientras que en la velada, Augusto no se separa un solo instante de Elisa, quien se disculpa y va a su habitación, donde es atacada por Darío, quien la besa e intenta hacerla suya por la fuerza. Los repentinos gritos de mujer detrás de las paredes lo intimidan y se aterra cuando ve el reflejo de una mujer en un ventanal. Sale del lugar con la cara arañada. El aroma de la sangre llega a las fosas de Cristela, quien se presenta ante él y lo seduce con su sensualidad. Lo hipnotiza y lo lleva a su cama. Mientras copulan, lo muerde y le chupa la sangre para luego pedir a Zacarías que lo desaparezca. El mayordomo le clava una estaca en el corazón y lo incinera, mientras que la vampiresa se comunica con Fáber por telepatía. Acude él y le pide perdón por no haber respetado su pacto y convertirlo en vampiro. Lo besa, prometiendo que lo liberará, para entonces asesinarlo, clavándole una estaca.

Leonardo discute con Adriana cuando esta se presenta en el hotel. Le insiste que regrese a casa pero ella se resiste y cuando Elisa busca al periodista, la novia cree que entre ambos hay una aventura y que se han escapado para verle la cara. Hace un escándalo y se cruza con Adolfo en uno de los pasillos. Este la seduce con su intelecto y al saber que la mujer tiene planes de hacer daño a Elisa, se lo prohíbe y asegura que si la mujer sufre, cualquiera que le provoque ese sufrimiento lo lamentará. La visita, le lleva como regalo una joya antigua y cuando la mujer se la coloca él recuerda a su amada Alucarda. Elisa se asombra cuando Cristela le aconseja que se case con el hombre. 

La visitante rechaza la propuesta y pregunta a la mujer por la otra mujer en la fotografía que su madre guardaba. La vampiresa revela que esa otra fue su hermana, la cual murió hace muchos años. Luego se encierra a recordar el pasado y escucha los lamentos detrás de las paredes. Abre un pasadizo secreto y desciende hasta unas mazmorras, donde se ve cara a cara con esa hermana, ahora envejecida, de nombre Victoria, a la que jura que por más que luche para escapar de su encierro, nunca lo logrará, pues vivir entre las paredes es su castigo, por haberle robado el amor del único hombre al que amó.

Adriana ataca a Elisa y esta es defendida por Tristán y Maura, quienes les advierten que tengan cuidado. Maura le ofrece su amistad a la bondadosa Elisa y le cuenta que la hermana de Cristela solo desapareció un día y la dieron por muerta, y que luego de eso comenzaron las desapariciones de la gente, sobre todo durante la noche. Pavel se lo confirma y le muestra fotografías de su familia, la cual desapareció. La entera de que fueron los bebés y niños los primeros, y después las mujeres. Aparece Tristán para decirles que Fáber escapó pero cuando Leonardo acude al lugar descubre que solo se convirtió en cenizas.

Mientras adora el retrato de su amada Alucarda, Augusto hace saber a Cristela que desea casarse con su protegida, pues la ha esperado por mucho tiempo y sabe que es la reencarnación de su amada y está decidido a todo por ella. La vigila mientras duerme y se atreve a tomar su mano y besarla en la boca, prometiendo que volverán a estar juntos.

Yahír se cruza con Adriana y le dice donde vive Elisa. La mujer acude a la mansión y penetra a pesar de que Zacarías se lo prohíbe. Se asombra al ver lo bien que vive su enemiga y cuando el mayordomo la deja sola, da un recorrido y es acechada por una sombra en las paredes que está a punto de estrangularla. La repentina presencia de Nieves la pone a salvo y es la sirvienta quien le advierte que será mejor que aguarde en el salón, donde sorprende a su enemiga y le exige que se aleje de Leonardo, a quien Elisa comienza a tratar con indiferencia, pues no quiere causar conflictos.

Isabel sufre un accidente y no puede cumplir con su trabajo, por lo que Maura se ofrece a suplirla. La madre se opone rotundamente pero la hija le hace ver que sus vidas dependen de ese empleo en el hotel, donde se hace cargo de la recepción durante la noche, sorprendiendo a Augusto, quien intenta hipnotizarla y descubre que no puede, aterrándose cuando descubre que del cuello de la chica cuelga un crucifijo de plata. De esto se ha dado cuenta Ramona, quien busca a Leonardo y le asegura que su jefe es un vampiro, pues jamás se expone a la luz y sale del hotel solo durante las noches. El periodista se contacta con Omar, le pide que indague y le manda una captura de un retrato del dueño del hotel. La comunicación se corta, el amigo comienza a indagar y descubre que Augusto podría ser descendiente del conde Drácula. Por otra parte, Maura se las ingenia para verse con Yahír, quien le propone que, ante la ausencia de huéspedes, hagan el amor en una de las habitaciones. 
Así lo hacen y son espiados por Augusto, el cual dibuja en sus ojos una ardiente llama de deseo hacia la muchacha, por lo que al no resistirse más hace que las luces se apaguen y unos jarrones revienten. Los amantes se asustan, salen de la habitación y mientras maura vuelve a la recepción, el atrevido novio decide recorrer el hotel. Es sorprendido en una habitación, donde Augusto lo mata con una estaca, tras vaciarlo de sangre.

SEMANAS DESPUÉS: Sara viaja a Isla Escarlata y en el transbordador se cruza con Omar, el cual está acompañado por Boris Jáuregui y Julia Sirvent, investigadores y cazadores de vampiros, quien han estado buscando a Drácula desde hace tiempo. Todos se instalan en el hotel Bermejo, donde Elisa se reencuentra con su amiga, quien le cuenta del abandono de Darío. Se sorprende cuando la otra le cuenta de las razones por las que huyó y como su marido la acechaba, incluso en la isla, de donde desapareció de pronto. Sara le cuenta del periodista y los investigadores y muestra sentir miedo ahora que sabe que están rodeadas por vampiros. Dan un recorrido por el hotel y descubren el retrato de Alucarda. Detrás de ella aparecen Boris y Julia, quienes les dicen que esa fue la esposa de Drácula, la cual fue cazada cuando intentaba huir de Europa, junto a él, que logró escapar y se ha sabido ocultar durante siglos. Elisa se da cuenta entonces del interés de Augusto hacia ella es porque él en realidad es Drácula. Los cazadores le piden que entonces los ayude a atraparlo. La chica habla con Ramona, quien le promete que ella la ayudará. La mujer se sorprende al ver una fotografía de Marta y hace saber a la chica que su madre fue la sirvienta personal de la hermana de Cristela, y amiga de Isabel.

Nieves descubre el pasadizo secreto en la mansión Laveau y se atreve a cruzarlo. Se aterra al ver a Victoria, quien huye de ella. La sirvienta sale del lugar y busca a Isabel, a la que le cuenta lo que ha visto. Esta última se asombra y cree que no puede ser, pues ese fantasma que la sirvienta creyó haber visto, quizás no sea otra que Victoria Laveau.

Ante la desesperación de Ramona por no saber Fáber, Pavel la busca le hace saber que Tristán encontró a su hijo, convertido en vampiro, pero que este se convirtió en ceniza, aun cuando no lo expusieron a la luz. La mujer llora y pide a los chicos que le digan qué pasó. Estos le cuentan de los amoríos que su hijo tenía con Cristela, a la que creen vampiresa y culpan de su muerte. El ama de llaves sufre, sabe que no puede hacer nada contra esa mujer y mucho menos con su amo, Augusto, al que decide investigar, descubriendo que en realidad este no duerme en una cama, sino que tiene como aposentos un ataúd. En venganza, pide a Tristán y Pavel que, con el apoyo de Maura, la ayuden a quitar todas las cortinas del hotel, lo que estremece a Augusto, cuando al salir de su habitación es quemado por rayos de sol.

Ulises Higuera, un ladrón que huye de la justicia, llega a instalarse en el hotel y coquetea con Maura, a quien Ramona pide que tenga respeto por los huéspedes. La chica le cuenta de su preocupación por Yahír, al que no ve desde hace días y ha desaparecido. Teme a que tenga el mismo destino que Fáber y llora. El ama de llaves le pide que sea fuerte y siempre esté protegida con un crucifijo y ajos. Luego la chica se las ingenia para verse con Ulises, quien la invita a su habitación, donde intenta propasarse con ella y ante su negativa la golpea. Ella sale corriendo pero él la persigue y la toma de los cabellos, arrastrándola. 
Cual es su sorpresa cuando detrás de él aparece Augusto y le corta la garganta, dando oportunidad de escapar a la empleada, quien se refugia en la habitación de Ramona, mientras que el vampiro chupa la sangre de su víctima. Todo lo ha visto Adriana, quien huye, aterrada, pero ha sido descubierta por el vampiro, el cual la acecha y está a punto de atacarla, pero la presencia de Leonardo lo detiene, ocultándose. La novia pide al periodista que se marchen y le cuenta lo que vio. Acuden junto con Boris y Julia ante el cuerpo de Ulises, al que ponen fin con balas de plata. Ahora todos están convencidos de que Augusto es un vampiro y puede ser el conde Drácula.

Maura entera a Tristán y Pavel de lo ocurrido en el hotel y la desaparición de Yahír y estos se unen a Boris y Julia para cazar vampiros, contándoles de sus métodos poco ortodoxos pues desean detener las masacres en su provincia. Los enamorados están convencidos de que Cristela es la cabeza de un clan que se ha esparcido por toda la isla y se sorprenden cuando los investigadores les aseguran que Drácula se encuentra entre ellos y vive en el hotel, donde una noche tienden una redada pero no logran encontrar nada, pues Augusto sabe lo que sucede y se ha mudado a la mansión Laveau, donde Cristela ha dado a Elisa un brebaje que la adormece, con el fin de que sea tomada por el conde. Sin embargo al dejarla sola no se percata de que, gracias a Nieves, Victoria ha lograda cruzar el pasadizo y se lleva con ella a la muchacha, para protegerla. Su repentina desaparición alarma a Cristela, pero Augusto puede sentirla, sabe que se encuentra demasiado cerca.

Ramona entera a Isabel de quién es hija Elisa y del parecido de esta con Alucarda. Las dos se unen a Tristán y Pavel y cooperan para registrar todo el hotel, descubriendo un pasadizo hacia el ataúd en que Drácula ha dormido durante siglos. Piensan en destruirlo pero los cazadores de vampiros lo impiden y descubren que el conde no se encuentra allí, por lo que los novios están seguros de que Cristela le ha dado asilo. Esto alarma a Leonardo, pues cree que Elisa está en peligro y deben salvarla. Adriana se opone a que su hombre luche por la que ella cree su amante pero sus esfuerzos son nulos ya que el periodista está decidido. Cuando la mujer sufre un desmayo, Isabel descubre que está embarazada y esto intimida a Omar, descubriéndose así que estos han sido amantes a espaldas de Leonardo. Todos, menos los infieles, quienes discuten lo que harán ahora que ella está encinta. Ruidos extraños los sorprenden y cuando Omar acude a investigar, Augusto aparece ante la embarazada y la entera de que le ha saboreado desde su llegada, pues hace muchos años que no prueba sangre como la de ella. La mata, arrojándola contra una pared, para entonces abrirla de piernas y comerse a su feto desde la vulva hasta las entrañas. Es visto por Omar, quien aterrado lo enfrenta, pero al luchar, el vampiro es más fuerte y también lo asesina, arrojándolo con su energía hacia la ardiente chimenea, por lo que se incendia. Sin embargo el periodista corre por partes del hotel, el cual también se incendia dentro de poco, lo que captura la atención de la poca gente que aun vive en el lugar, mientras que los cazadores y sus secuaces se presentan en la mansión Laveau, donde Leonardo enfrenta a Cristela, lo mismo que Isabel, quien dice estar convencida de que Victoria está viva. Nadie sabe que esta última descubrió un túnel que conecta a la mansión con el hotel, y lo cruza. 
Al llegar a su destino, ante ella aparece Augusto, quien le agradece haber llevado hasta él a su amada Alucarda (Elisa). Con un encanto duerme a la presa de la vampiresa y carga a su amada, hasta sus aposentos, donde piensa descansar con ella hasta el final de los tiempos. La desnuda, la corona con flores, la besa de pies a cabeza y le promete vida eterna, mientras que su cómplice, Cristela, enfrenta a sus enemigos, quienes la atacan con agua bendita, crucifijos, ajos, hasta que ella se muestra tal como es. Protegida por Zacarías, huye a las mazmorras y es perseguida. Al entrar a una celda, Tristán y Pavel los encierran, con candado, y se decide que la vampiresa ahí permanecerá, hasta que se desvanezca, enfrentándose entonces a Boris y Julia, quienes desean darle muerte, pues su misión es exterminar a todas las criaturas de la noche. Piden a Zacarías que salga pero él desea permanecer al lado de su señora, hasta el final. Todos les abandonan ahí y registran la mansión. Descubren el túnel y se teme a que Elisa ya se encuentre en manos de Drácula, por lo que todos se desplazan al hotel, en llamas. Encuentran a Victoria, quien reacciona, siendo socorrida por Isabel y Ramona, quienes le dicen que Elisa es su hija. Todos se sorprenden cuando en medio de las llamas aparece Augusto, quien lleva de la mano a Elisa, la cual va vestida como Alucarda. Todos quedan impactados al ver como la mirada de la mujer se enciende al igual que la de Drácula y, al abrir la boca, claramente deja ver los enormes colmillos que posee ahora que se ha convertido en vampiresa, en la condesa de Drácula. Una fuerte explosión retumba por todo El Arrebol, se escucha el fuerte grito de una mujer, es Elisa, quien despierta de una pesadilla y se cerciora de que Gabriel está con ella pues lo ha despertado y él, agitado, le pregunta qué sucede. La abraza mientras ella le cuenta de su sueño. Acude a hacerse un ultrasonido y así confirma que el hijo que espera está en perfecto estado. Al caminar por la calle, se cruza accidentalmente con Leonardo, al que reconoce, aunque no así él a ella y sigue caminando. La mujer toma un taxi que la conduce a casa. En el camino, durante el alto de un semáforo, un elegante auto de color negro se empareja con el taxi y ella puede distinguir que el hombre que se encuentra en la parte trasera es idéntico a Augusto Dumont. Entonces recuerda el beso que este le dio cuando se encontraba dormida, que fue cuando la convirtió en vampiro. Accidentalmente se muerde los labios, sangrando, y el taxi se arranca, con su rostro de lleno de sorpresa y terror, ante la sorpresa de pensar que pudo haber sido un sueño o tal vez no, mientras que los ojos de Augusto se iluminan maléficamente y sonríe, malévolo, a plena luz del día, pues encontró a su amada durante su sueño y ahora se convertirá en su sombra.






FIN



















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